Esto
es lo que le está pasando a Rebeca. En el instituto ella era la más
guapa, pero un día desapareció sin dejar ningún rastro. Un día me
la encontré en el supermercado, y madre de dios, como había
cambiado... Parecía que tenía anorexia. Entonces me acerqué junto
a ella y le pregunté que cómo había adelgazado tanto. Me dijo de
ir a tomar un café luego y obviamente acepté. Estábamos en una
cafetería y empezó a contarme todo lo que le pasó.
Me
contó que una mañana se había despertado, se empezó a tocar la
barriga y notó que estaba engordando muchísimo. Así que fue al
baño corriendo y se miró al espejo. Se dijo a si misma: Estoy muy
gorda, tengo que empezar a adelgazar. Desde aquel día, empezó a
vomitar apropósito después de cada cosa que comía. Su marido y su
hijo pequeño no se dieron ni cuenta. Hasta que un día ella estaba
en el baño vomitando y el marido escuchó ruidos y fue a mirar al
baño porque venía de ahí, la encontró metiéndose los dedos para
vomitar. Menos mal que la encontró. Le echó como una bronca, por
así decirlo. Que era malo para su salud. Que debería dejar de
hacerlo. Que no estaba gorda ni mucho menos. Le hizo prometer que
nunca más lo hiciera. Ahora vomitaba sola.
Alexia Ainhoa Fernández Losper 2º A